Diciembre del año pasado. Mi columna vertebral había tomado un nuevo aspecto, ahora estaba erguida y orgullosa, mi alma astada en su extremo superior se tambaleaba entre aromas y colores nuevos. Un diciembre diferente en experiencias y escenarios, un diciembre distinto en todos los sentidos y en todas las visiones... Para colmar los sentimientos, un día pasé por el black market, aquél en donde te sacan los ojos y emblanquecen tu tez a cuentagotas, compré una copia pirata, debo señalar, del disco Lágrimas Negras.
Había escuchado un par de canciones pero no tenía idea de sí valía la pena o no comprarlo, no muchos lo habían escuchado, nadie me supo dar razón antes, pero ya era demasiado tardé, por fin estaba ahí frente a mi; arriesgué unos 15 pesos con un temor que me había provocado mi última adquisición, el disco de Jesse y Joe (seguramente usted lector habrá soltado una carcajada ante mi insoslayable inocencia), debo admitir que aquella vez me dejé llevar por el precio del disco de Jesse y Joe y como los había escuchado en un programa en directo, me parecieron buenos, pero al igual que la película de “El Perfume”, el disco resultó ser todo un fraude.
Hubiera preferido donar esos $80 pesos en alguna campaña promovida por Marta Sahagún. Más sin en cambio (un homenaje puntual para la gente de este pintoresco país) el disco estuvo en mis manos pero no por mucho tiempo, pues unas horas después I GET RID OF IT , hubo que deshacerse de él, nada podía ser peor. (el de Jesusa y Joel, obviamente)
Vete de mí
Yo, que ya he luchado contra toda la maldad
Seré en tu vida lo mejor,
Tu, que llenas todo de alegría y juventud,
Le escuché tanto hasta guardarlo en mi memoria, ahora está oculto esperando volver a aparecer cuando el sol caiga una vez más y el cielo se pinte con matices rojos y amarillos, haya un olor a pino quemado, tierra fresca y entre la gente aparezcas poco a poco.
Del disco se puede decir mucho más. En el aspecto músical es una combinacion de baladas viejas latinoamericanas, algunas mexicanas por supuesto, mezcladas con el cante flamenco de Diego El Cigala, la magistral interpretación del maestro Bebo Valdéz quien a sus 84 años sigue tocando cada vez mejor, cosa ques solo puede traer la experiencia. La idea del productor de unir a estos dos grandes, cada uno en su género, no pudo tener mejor fruto que este disco que fusiona este estilos tan variados que sólo generan sensaciones nuevas, ricas. Una música tan relajante que te transporta hasta tus recuerdos preferidos.
Yo, que ya he luchado contra toda la maldad
tengo las manos tan desechas de apretar,
que no te puedo sujetar, Vete de mi!
Seré en tu vida lo mejor,
de la neblina del ayer
cuando me llegues a olvidar
como es mejor el verso aquel
que no podemos... recordar
Tu, que llenas todo de alegría y juventud,
que ve fantasmas en las noches de trazluz,
y oyes el canto perfumado del azul, Vete de mi !
No te detengas a mirar
las ramas muertas del rosal
que se marchitan sin dar flor,
mira el paisaje del azul
que es la razón para soñar y amar.
Gracias a un regalo de la vida, este disco de Lagrimas Negras resultó desde su primera nota algo mágico e indescriptible. Tuve que comprar el original que incluso viene acompañado de un DVD, no podía esperar para ver que estaba pasando mientras se interpretaban estas melodías, tan sencillas y reales, bohemias, profundas, honestas. A cada compás me preguntaba en dónde se había perdido la inspiración de aquellos días, y esta música tan nueva para mí aunque pareciera que la había escuchado siempre, echaba a un lado cualquier propuesta musical vigente. A pesar de que desde que salió a la venta en 2003 el disco estuvo presente en mi casa, nunca lo escuché realmente hasta aquél día y no me separé de él por varias semanas, uno en mi coche, uno en mi tienda, uno en mi alma… Ahora guardo en una repisa cada botella de vino que este disco me hizo feliz. Cada canción se convirtió en el estandarte de mi mood de aquellos días, para cada canción una experiencia y para todas ellas, una mujer.
Le escuché tanto hasta guardarlo en mi memoria, ahora está oculto esperando volver a aparecer cuando el sol caiga una vez más y el cielo se pinte con matices rojos y amarillos, haya un olor a pino quemado, tierra fresca y entre la gente aparezcas poco a poco.
Del disco se puede decir mucho más. En el aspecto músical es una combinacion de baladas viejas latinoamericanas, algunas mexicanas por supuesto, mezcladas con el cante flamenco de Diego El Cigala, la magistral interpretación del maestro Bebo Valdéz quien a sus 84 años sigue tocando cada vez mejor, cosa ques solo puede traer la experiencia. La idea del productor de unir a estos dos grandes, cada uno en su género, no pudo tener mejor fruto que este disco que fusiona este estilos tan variados que sólo generan sensaciones nuevas, ricas. Una música tan relajante que te transporta hasta tus recuerdos preferidos.