Friday, October 22, 2010

VACIOS MEDIOS LLENOS

A veces me siento muy solo. Me resulta difícil encontrar a alguien que sepa que el Cometa Halley no es una banda de heavy metal. A alguien que crea que los solos de Bryan May son exquisitos y que advierta la diferencia entre Yo yo ma y el Yoyo Duncan. Alguien que sepa que The man who sold the world no es de Hemingway.

De muy niño me dijeron que no debía demostrar que sabía más que los otros. Los otros me ocuparon un par de décadas más tarde, la otredad será para mí como una empresa perpetua. Siempre tuve problemas con todo esto, a los que me conocen les ofrezco una disculpa, a los que no, no. ¿Cómo debatir o exponer a alguien que cree que tiene la verdad absoluta cuando de antemano conoces los errores en los que irrumpe su conversación? No sé si sea la ciudad o el estrato en el que me crié pero cotidianas fueron las pláticas en las que mi interés escurrió entre el protocolo para no convertirse en descortesía.

Así pasaron casi treinta años.

Hoy me siento solo. Muy pocas veces topo con quienes platican a mi gusto.

Ahora que no se necesita ir al Chopo a conseguir un disco o buscar una joya en la biblioteca de tus padres es cuando peor encuentro todo.

En honor a todos ellos que me llenaron y que se han ido, les ofrezco las siguientes palabras.

“...sin ti ya no soy el mismo, pedazo de cielo, abrázame fuerte, mi credo de buena suerte...”

Sunday, January 03, 2010

Allegro No.1

Sola intentaste erguirme desde siempre; exhausta y sin éxito confiaste una y tantas veces. Escasos los recuerdos de una infancia turbia, degradada; pero que atesoro tanto como a la vida que me dabas. La neblina ahora viaja distinta, uniforme. Tres décadas tardé en advertirte, en comprenderte. Acaso una mirada o un tono de voz podrían confesarte mis secretos.
Agradezco que existas entre todo este pútrido mundo, en esta podrida vida. Eres grande como la luna que refleja su luz en el patio. Tanto como el amor de cualquier madre, no cualquiera.
Debiera existir un premio Nobel a la ternura, a la constancia, a ti; pero no lo hay, tendrás que conformarte con un beso.
Muchos recuerdos del yo maduro, en todos ellos vienes estoica aguardando levantarme, ducharme con cariño y palabras dulces, hirientes, graves. Eres el oráculo de mi vida Aida.